Masoquista, Utilizamos palabra tan a menudo, que casi a perdido todo su valor, este aspecto tan contradictorio de la vida solamente es sometido a reflexión si alguien te califica como una persona "autodestructiva"

Investigando he llegado a mil definiciones sobre la tendencia autodestructiva del ser humano y no esque yo tenga tentaciones suicidas,ni mucho menos, pero si que es cierto que en alguna etapa de mi vida he compartido ciertos rasgos, como por ejemplo, el que conduce a la persona a dejarse arrastrar o elegir situaciones o personas que le conducen a la frustración, al sufrimiento o al maltrato a pesar de saber que existen otras opciones mejores y evidentes.

Puede ser consciente o incosciente, en algunos casos es una forma de vida, un rasgo de carácter repetitivo, un hábito que se presenta sin comerlo ni beberlo.

Lo más curioso de todo, es que es una manera para evitar sufrir. Si, es contradictorio, pero es así, dolor para evitar el dolor.

El razonamiento es hueco y superficial y la motivación suele dirigirse hacia la obtención de placer.
¿Es entonces el ser humano, un fanático de la dicotomía amor/dolor?.
¿Es enamorarse, una lucha contra este mounstro de dos cabezas?,
A muchas personas les pasa que insisten en alguien que les hace sufrir, saben que sufren, pero ahi estan, porque en cierta forma les gusta lo que hacen con ellos.

Mucha gente podria preguntase que hay de placentero en el dolor, Por lo general los conceptos de dolor y placer son opuestos, se supone que si hay placer no puede haber dolor y viceversa. Pero hay quien se regocija en su propio dolor.
Pienso que el dolor es el sentimiento que mas debates y reflexiones abre, el que hace que sintamos como nunca podriamos sentir, el que hace que nuestra existencia diste de la de una cucaracha.

Es posible que todos seamos masoquistas en potencia.

Una vez que se conoce el origen de la conducta, es más fácil desecharlo.
¿Qué mejor destino para una conducta considerada autodestructiva, que la basura?




No pude evitar llorar, estuve todo el trayecto desde mi casa hasta la casita del parque prometiéndome a mi misma no derramar lágrima. Trayecto que, a pesar de ser extremadamente corto, se hizo eterno.

-Venga, al grano.

No me apetecía que usase el típico método discursivo el cual desembocaría en una conclusión que ya conocía. Me pregunto el porqué. Lo normal es decir lo que se piensa y luego explcar por qué se piensa. Así se hace en todos los apectos de la vida menos en política y en lo que a relaciones se refiere.

Como realmente aquello no había sido una relación, no me daba la real gana que se comportase como si lo fuera.

Yo no digo que sea fácil dejar a alguien , de hecho es dificilísimo, te sientes fatal por la otra persona y tienes que tener cuidado para elegir las palabras correctas, se te encoje el corazón cuando ver la cara del afectado. Pero una vez dado el paso, ya está, te has liberado, te has quitado un lastre de encima C'est fini.

En cambio si te dejan no te queda más que aceptarlo y encajarlo como buenamente puedas, no tienes que entenderlo, solo aceptarlo. Y por mucho que te esfuerces en intentar comprender las razones por las que la otra persona ha tomado esa decision no lo comprenderás. No importa cuánto se haya esforzado en tratar de explicarte, las palabras que le costo elegir, ni cuanto tiempo haya empleado en que te creas lo que te ha dicho. En el 90% de los casos la razon principal es otra.

Pero como siemrpe queda un 10%, se otorga el beneficio de la duda, y no puedes dejar de pensar si lo que te ha contado es, o no es cierto.

Además, él tenia el don. El don de convencer, de tener un piquito de oro.
Si, él hablaba y yo me dejaba convencer.
Su explicación carecía de argumento, no tenía ni pies ni cabeza, se tambaleaba tanto como una patera en alta mar, pero bueno, él nunca había sabido mantener el equilibrio. Y me aferraba a esa idea, A la idea de que nada, por descabellado que parezca, es imposible.

Talvez porque el ser humano al final acaba creyendo lo que quiere creer; lo que le hace sentir bien.

Lo que me dijo no creo que tenga tanta transcendencia como para explicarlo, yo no lo entendí,así que tampoco lo harán ustedes.

No me enfadé porque me dejase, no se lo iba a poner más difícil.

Y sin decir nada, me marché.

Me resulta difícil explicar que sentí cuando llegué a mi casa, lo más normal hubiera sido sentir tristeza pero no, no estaba triste. Era una amalgama de sentimientos que no podía soportar. Una mezcla mucho peor que la propia tristeza.
Ahora se que lo que tenia era el orgullo roto, que lo que sentia rabia e impotencia y que lo que me sentía era traicionada, confundida y sobre todo Gilipollas.

Gilipollas por darle un voto de confianza a alguien que nunca lo mereció.


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Que ya estaba hasta las tetas de poeta de bragueta y revolcón;De trovadores de contenedor.