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Nunca tuvo las llaves de su casa, ni la riñieron por no llegar a la hora. No fue a fiestas pijamas, y jamás se fijó en ningún chico. Nunca se emborrachó, ni conoció orgasmo alguno.

Nunca comprendió porque “la mami” se fue, ni que es eso del cielo. Tampoco entiende por qué está a la verita del señor en vez de estar con ella.

Pero tampoco conocerá nunca el engaño, la hipocresía, la culpa, tampoco la avaricia ni la mezquindad.

Sin embargo, comprende mucho mejor que ninguno de nosotros, sentimientos como el amor, el cariño, la ilusión, o la esperanza.

Os presento a mi tia, se llama Vicky, 54 años, tiene síndrome de down y es feliz con un buen baño, un reloj y un yoyo.

Acabo de acordarme de esta peli, la vi con 15 años o así, me pareció preciosa y me lo sigue pareciendo. Me encanta Roberto Benigni, alguien inquieto, útopico, idealista si se prefiere, pero sobre todo un soñador, un romántico de la vida.

Os dejo escrita la parte del guión donde le esta pidiendo glicerina al médico.

"Si ella muere, pueden cerrar el show que es este mundo.
Pueden llevárselo,
desatornillar las estrellas,
enrollar el cielo y ponerlo en un camión,
pueden apagar este sol que amo tanto...
¿Sabe porque lo amo tanto?
Porque la amo cuando la ilumina el sol.
Pueden llevarse todo, estas columnas, estos palacios,
la arena, el viento, las ranas, las sandías maduras,
el granizo, las siete de la mañana, mayo, junio, julio, la albahaca, las abejas, el mar y los zapallitos, los zapallitos... "

B.S.O de la película