Día gris.

Mientra busca un hueco para escapar, el aire se atraganta,
entre cojines mordidos.
Quedándose atascado, bajo unos recuerdos oxidados.

Entretanto, un borracho destila alcohol,
en la sangre de tus hijos.
Encendiendo miserias, sobre vientres mancillados.

De esos que se esconden en algún lugar de la memoria.
De esos que lastiman conciencias, y olvidan dignidades.

No queda amor dentro de aquel al que le reconcome la culpa,
y después la vomita.

No quedan excusas dentro del reo que se desnuda,
y luego se santigua.

Este roble no quiere más promesas decrépitas.
ni cuándos, ni dóndes
ni ojalás.

Hoy, cien mil gargantas clamarán al cielo
y una vez más, nadie las escuchará.

Día gris.

Comprad flores para las muertas.



¿Quién escribirá la historia de lo que pudo haber sido?

Búscame dentro de mis límites, búscame donde nací.
Búscame entre paredes de cal y tierra, entre barandas de tizón perfumado, búscame en las macetitas que derrames por la fachada.

Sigue el rastro de los suspiros, suspiros color granate, deja que se te escurran por las rejas de una ventana.

Búscame por donde el sol resbala, por ahí, por donde vienen las chiquillas de cintura retorcida.
Búscame bajo dos olivos, allí donde se vengan del mundo dos amantes, donde se arrancan los hocicos con el amor a cuestas.

Qué yo te encontraré, sobre el cielo abierto de par en par.